Genovesi
Los genovesi son dulces típicos de la ciudad siciliana de Erice, hechos con una masa casera y rellenos tradicionalmente de crema pastelera de limón. El relleno puede variar según la zona (en Catania suelen rellenarlos de chocolate) y no se consideran estrictamente postres, ya que muchos sicilianos los comen para desayunar.
Tiramisú
Es, probablemente, el postre italiano más internacional. Sin embargo, como suele ocurrir con toda receta exportada que se precie, surgen versiones alternativas que poco tienen que ver con la original (con bizcochos al huevo o saboyardos (no de soletilla) y mascarpone), así que durante tu viaje a Italia debes probar un buen tiramisú, sí o sí.
Torta Caprese
¿Te encanta el chocolate? Pues en Nápoles y la costa de Amalfi te espera una delicia en torta de tarta de chocolate y almendra que tiene origen en la isla de Capri. Dicen que surgió de un error por parte del cocinero, que olvidó ponerle harina a la masa, pero tuvo un éxito total e inesperado. No caigas en el error de irte sin probarla.
Seadas
Las seadas son dulces fritos típicos de la isla de Cerdeña. Tienen forma de empanadilla al estilo de los ravioli, pero son dulces y están rellenas de una mezcla de un queso fresco de la zona y ralladura de limón y cubiertas de miel. Es una auténtica bomba calórica que quizá requiera de un buen paseo por la costa sarda para compensar.
Bonèt
En la zona del Piamonte, las buenas cenas en compañía, sobre todo durante el otoño y el invierno, terminan con un bonèt. Dicen que los orígenes de este postre clásico se remontan a los banquetes nobiliarios del siglo XIII, y los nobles son de muy buen comer. Si no, fíjate en los ingredientes: leche, huevos, cacao en polvo, azúcar, amaretti y ron.
Panettone
Es uno los dulces italianos más exportados y seguramente lo hayas probado. Aun así, no pierdas oportunidad de probarlo si viajas a Italia en la época navideña, sobre todo si vas a Milán, de donde proviene originalmente el panettone. En rebanadas finas, gruesas, como postre o desayuno, acompañado de mascarpone o chocolate caliente… Tú eliges.
Torrone
Otro dulce típico navideño es el turrón, o torrone en italiano. Como en España, también los hay duros y blandos, si bien los blandos tienen una textura diferente, más gomosa. Las variedades son infinitas, así que lo mejor es comprar varias tabletas y probar sabores distintos. Algunas de las marcas de turrón italiano más conocidas son Pernigotti, Sperlari y Vergani.
Pane de saba
Este es un postre tradicional sardo que suele prepararse en noviembre, especialmente el Día de Todos los Santos y es extremadamente dulce. Lleva saba (una especie de sirope de mosto), piñones, nueces, uvas pasas, almendras, canela, licor… Todo muy ligerito.
Cartocci
¿Viajas a Sicilia? Pues no te vayas sin probar los cartocci (o también llamados macallè), una delicia de bollitos fritos rellenos de queso ricotta. Aunque son típicos de Palermo, los encontrarás en cualquier rincón de la isla, así que no hay excusa para irse sin probarlos.
Gelato
En una lista como esta no podía faltar el helado italiano o gelato. La fama de los maestros heladeros italianos ha traspasado fronteras y cualquier viajero a Italia que se precie, lo prueba. Una curiosidad: el gelato se diferencia del helado en que el primero se elabora casi en su totalidad con leche (y no con crema), por lo que tiene un 10 % menos de grasa que el helado. Ahí lo dejo…
Canestrelli
Los canestrelli son unas deliciosas pastas de té a la mantequilla típicas de la región de Liguria, si bien también las puedes encontrar en Piamonte. Disfrútalas durante el desayuno, con un café o para merendar. ¡Cualquier momento es bueno!
Gubana
Viajamos al norte, concretamente a la región de Friuli-Venezia Giulia para probar un dulce para chuparse los dedos: la gubana. Según cuentan, el origen medieval de este bollo esponjoso relleno de nueces, uvas pasas, azúcar, grappa y ralladura de limón se encuentra un banquete celebrado en honor del papa Gregorio XII.
Bocconotti
De la región central de los Abruzos proceden los bocconotti, unos dulces pequeños (de ahí su nombre, ya que boccone significa «bocado») de aspecto similar al de las magdalenas, pero elaborados con masa quebrada y rellenos de chocolate fundido, almendras y café. También los puedes encontrar en la zona de Brindisi, aunque allí los rellenan de mermelada de pera o membrillo.
Amaretti
En cualquier lugar de Italia puedes encontrar amaretti, esas galletitas elaboradas con pasta de almendra que muchas veces sirven con el café. Aunque las más conocidas son las de Saronno, que son crujientes y quebradizas, también hay otra variedad (de Sassello), con una textura más blanda similar al mazapán.
Pardulas
Las pardulas (también llamadas casadinas) son dulces sardos típicos de Semana Santa. Se trata de pequeñas y delicadas tortas rellenas tradicionalmente de queso ricotta, azúcar y ralladura de naranja y limón. Un dulce bocado que no debes perderte si viajas a Cerdeña.
Pastiera
Otro postre imprescindible napolitano es la pastiera, un pastel muy elaborado que se prepara principalmente en Semana Santa con masa quebrada crujiente y un suave relleno de queso ricotta, fruta confitada, azúcar, huevos y trigo cocido en leche.
Taralli
Los taralli son unos lazos de pasta al horno típicos de las regiones del sur, principalmente de Apulia, Calabria y Campania. Hay taralli salados y dulces, con muchísimas variantes, según la zona. Así, los encontrarás con azúcar, al chocolate, con almendra y con anís, por ejemplo.
Cassata
Uno de los dulces más típicos de la gastronomía siciliana es la cassata, un pastel de aspecto barroco hecho con queso ricotta, mazapán, bizcocho, fruta confitada y azúcar (¡ahí es nada!). Aunque es un postre de Semana Santa, se vende en pastelerías durante todo el año.
Mostacciuoli
En la región del Lazio busca los mostacciuoli, unas sabrosas galletas con forma de rombo que están elaboradas con nueces, miel y aromatizadas con pimienta y canela. Hay diversas variantes, y algunas llevan avellana en lugar de nueces e incluso chocolate.
Tegole
Harina, almendra, azúcar y clara de huevo. Solo cuatro ingredientes se necesitan para preparar estas galletas típicas del Valle de Aosta, en el norte del país. El nombre proviene de la forma curvada de teja que adquieren durante su preparación. Perfectas para acompañar un buen espresso durante el desayuno o a media tarde.