Dejando a un lado su estereotipo de país ordenado, serio y eficiente, pensamos que hay un montón de cosas que no sabes de Alemania y que te encantarán.
Hemos recopilado estos 13 datos sobre Alemania, un país diverso y emocionante situado en el corazón de Europa.
1. Alemania, Deutschland, Tyskland, Niemcy … ¿cuál es cuál?
Dependiendo del idioma que hables, la tierra de los teutones cambia de nombre, pero ¿por qué?
Como suele pasar, la historia nos remonta a la época del Imperio Romano, cuando un grupo de sofisticados italianos se aventuraron en Renania, al oeste del país. Dependiendo de a quién preguntaban, las tribus de la zona que ahora forman nuestra moderna Alemania, les daban una respuesta diferente. Entre las muchas que recibieron estaban «Silenciosos», «Vecinos» o «Gente del bosque» en su respectivo idioma de la época.
Siglos más tarde, y a pesar de alguna imprecisión fáctica, la mayoría de los países siguen refiriéndose a esos términos originales. Si vas y tienes dudas, simplemente usa la palabra «deutsch».
2. Si te escapas de la cárcel, no recibes castigo alguno
A principios del siglo XIX, la legislación alemana reconocía el «instinto natural del ser humano» de querer ser libre, y por tanto, querer escapar de la prisión no es un hecho condenable. Sin embargo, este principio no se aplica a los delitos cometidos durante la fuga.
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3. «¡Sie liebt dich, sí, sí, sí!»
Muchos saben que la carrera de los Beatles se inició a principios de los 60 en el barrio rojo de Hamburgo, llamado Reeperbahn. Aquí pasaron los primeros años viviendo, supuestamente, tras el telón de un cine y lavándose en los baños de al lado antes de que, por diferentes razones, los deportasen a todos, menos a uno.
George Harrison, conocido como «el más tranquilo», fue deportado por ser menor, mientras que a Paul «el guapo» McCartney y al primer batería, Pete Best, los deportaron por una acusación de incendio provocado, cuando intentaron quemar un condón.
4. Aquí apareció el primer restaurante de comida rápida
Mientras que el Imperio Inca no había ni aparecido, una taberna de Ratisbona, hoy llamada Cocina de salchichas de Ratisbona (‘Wurstkuchl’), abrió sus puertas con el récord mundial de ser la cocina abierta ininterrumpidamente: ¡empezaron a operar en el año 1146 d. C.!
Aunque el primer documento que prueba la fabricación de auténticas salchichas en esta taberna lo encontramos en el siglo XVIII, la pasión nacional por este embutido es indiscutible: tienen más de mil tipos.
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5. Los alemanes han inventado un montón de cosas
Los alemanes son prolíficos en inventar cosas, algunas de ellas superrevolucionarias, como cuando pasaron del tablero convencional y cuadrado de las damas y le dieron forma de estrella, conquistando el mercado estadounidense e introduciendo las «damas chinas».
Además también inventaron, y puede que estos te los conozcas, la imprenta, la fabricación de la cerveza, los automóviles, las bicicletas, el motor de reacción, el zepelín, la insulina, la aspirina, las gominolas de ositos y la guardería. También se llevan el mérito de haber inventado las lentillas. Fue el oftalmólogo nacido en Marburgo, Adolf Eugen Fick, quien en 1888 inventó las primeras lentillas como sustitución de las gafas.
6. Autorretrasmítete, pero no aquí
Un buen golpe de realidad es sumergirse en el YouTube alemán.
A pesar de los esfuerzos de los alemanes amantes de la música, el 61 % de los 1000 vídeos más vistos de YouTube tienen el acceso restringido en la versión alemana de la popular plataforma.
Aunque la razón oficial se desconoce, todo apunta a la organización GEMA, que se encarga de defender los derechos de autor. Sea como fuere, las posibilidades de convertir tu versión de una canción en un éxito viral en Alemania son prácticamente nulas.
7. ¿Estadounidense?
Nacido con el nombre de Löb Strauss en Baviera, el inventor de los vaqueros emigró y cruzó el charco a los 18 años. En Estados Unidos se cambió el nombre por Levi y consiguió patentar los pantalones de trabajo con remaches de cobre más famosos del mundo. Y en aquella época de la Fiebre del Oro en California, los pantalones resultaron ser la gallina de los huevos de oro.
Aunque triunfó en su país de acogida, Levi sigue siendo admirado entre sus vecinos del pequeño pueblo de Buttenheim, que abrió un museo en el año 2000 en honor del dios de los vaqueros.
Pero el caso de Strauss no es el único. La escritora de literatura infantil Judith Kerr y el pintor Lucian Freud también emigraron, pero acabaron en Inglaterra, donde luego se convirtieron en un estandarte de la cultura británica.
8. Oh, Tannenbaum
La especulación acerca del origen exacto de la tradición del árbol de Navidad sigue causando debate. Unos la sitúan en el siglo XVI y se la atribuyen al reformista protestante Martín Lutero. Sin embargo, en lo que casi todos están de acuerdo es que la tradición nació en Alemania.
Los alemanes le añadían velas y elementos decorativos comestibles, aunque fue cuestión de tiempo que la gente se sumase a la celebración. Finalmente se convirtió en una tradición popular en todo el mundo. Algunas culturas, sin embargo, se resisten a usar verlas de verdad, y solo los más tradicionales de Alemania las usan. Otros países europeos prefieren no ponerlas, pues temen acabar la Nochebuena consumidos por el fuego iniciado por un árbol en llamas.
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9. Los increíbles paisajes naturales de Alemania a menudo pasan desapercibidos
Una de las cosas que más se obvia y de la que apenas se habla es del paisaje natural alemán. Asociamos Alemania a prados verdes alpinos y a los poblados bosques de la Bohemia, por eso es fácil que olvidemos que Alemania tiene en realidad paisajes naturales espectaculares.
El Parque nacional de la Suiza Sajona es solo uno de ellos, con su imponente puente de piedra Bastei, que cruza el río Elba, y los majestuosos monolitos que no tienen nada que envidiar a los de Monument Valley en Estados Unidos.
10. Les pirra el fútbol
El año pasado ganaron el Mundial de fútbol de la FIFA con la que, según dicen, fue «la mejor selección del mundo», por eso los alemanes aficionados al fútbol están viviendo una luna de miel.
La liga nacional, La Bundesliga, tiene el mayor número de espectadores y es donde también se venden más entradas, que cuestan entre 12 y 34 euros, mucho menos de lo que cuestan las entradas de la liga en España, que rondan los 70 euros de media. La rivalidad futbolera entre Alemania y España siempre está presente.
11. La rivalidad entre marcas deportivas
Originarios de Herzogenaurach, en la Franconia Media, los dos gigantes deportivos Adidas y Puma mantienen una rivalidad que se pierde en el pasado. Y para más inri, cada una de estas marcas fue fundada por dos hermanos de la misma familia. Debido a unas falsas acusaciones de traición durante la II Guerra Mundial, los hermanos Dassler se separaron y nunca más se reconciliaron.
Cada uno siguió su camino y fundó su imperio deportivo. Este es un buen ejemplo de rivalidad fraternal llevada al máximo nivel.
12. ¿Cerveza? Si es pura, sí
Los alemanes son famosos por no saltarse nunca la ley y por tener burocracia para todo. Pues sí, has acertado, tienen una ley que regula la producción de la cerveza: la «Reinheitsgebot», (Ley de la pureza), que establece que la cerveza solamente se debe elaborar a partir de tres ingredientes: agua, cebada malteada y lúpulo.
De hecho su pasión por la cerveza hizo que en 1903, los alemanes emigrados a la ciudad de Qingdao, en China, fundaran la fábrica Tsingtao Brewery nada más llegar. ¡Quién iba a esperar algo así!
Aunque de todos es sabido su debilidad por este dulce néctar, sorprendentemente Alemania solo ocupa el segundo lugar entre los países del mundo con mayor consumo anual de cerveza per cápita. El primer puesto se lo lleva la República Checa.
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13. ¡En Alemania se inventaron las revistas!
Después de inventar la imprenta, quizás los alemanes sintieron la presión de innovar en el sector editorial. Fue en 1663 cuando la revista de Hamburgo Erbauliche Monaths Unterredungen (Charlas edificantes mensuales) se convirtió en la primera publicación con aparición regular. Aún hoy, Alemania sigue siendo uno de los países con mayor industria editorial. Así que cuando vayas, lee alguna revista.