Nos ha pasado a todos. Quedarse atontado delante de un edificio por su belleza y esplendor, pero sentirte completamente frustrado porque no puedes decir a qué estilo arquitectónico pertenece. ¡Pues se acabó! Con nuestra guía para principiantes, te daremos todos los trucos para identificar el estilo. Sabrás si es clásico griego o clásico romano, incluso si pertenece al brutalismo o al neofuturismo.
No te vayas de vacaciones sin haberla leído antes e impresiona a tu compañero de viaje con tus nuevos conocimientos sobre arquitectura.
Estilo griego clásico (aproximadamente del año 600 a. C. al 146 a. C.)
Todo empezó con los griegos y los romanos. La arquitectura de la Grecia clásica y del Imperio romano son los estilos más influyentes que han nacido en Europa y que han allanado el camino a los diseños posteriores.
A los griegos les encantaba la piedra caliza y el mármol. Sus diseños destacaban por el uso de columnas (pilares) y capiteles (los remates de las columnas) que seguían unas proporciones estrictas y donde se combinaban los diferentes estilos decorativos: dórico, jónico y corintio. Estos tres órdenes, que van desde lo más sencillo a trabajos más elaborados como las hojas de acanto, son la clave para distinguir la arquitectura griega de la romana.
Puedes encontrarlo aquí:
Templo de Zeus; Olimpia, Grecia
Delfos; Fócida, Grecia
Templos de Paestum; Paestum, Italia
Estilo romano clásico (aproximadamente del año 509 a. C. al siglo IV d. C.)
A los romanos les iba la piedra… la usaban para todas sus construcciones. Su punto fuerte eran las cúpulas, diseñadas no solo para hacer el edificio más fuerte, sino también con una finalidad estética, junto con los arcos, y así se ahorraban el tener que usar columnas. Los romanos introdujeron dos nuevos órdenes: el toscano, que era aún un estilo más sencillo y el orden compuesto, en el que añadieron una combinación de toques florales a los capiteles.
Puedes encontrarlo aquí:
Maison Carrée; Nimes, Francia
Templo de Baalbek; Baalbek, Líbano
Biblioteca de Celso; Efeso
Románico (aproximadamente del año 1000 al 1140)
Durante la Edad Media, la religión dominaba todos los aspectos de la sociedad y las iglesias eran las construcciones más importantes. El estilo románico se caracteriza por su austeridad y simpleza. Son típicos los arcos semicirculares, los enormes muros, los pilares, las bóvedas de arista (las peculiares bóvedas que se usaban para cubrir espacios cuadrangulares), las altas torres y la sucesión de arcos, también llamadas arcadas, que se encuentran en los pasillos y corredores.
Puedes encontrarlo aquí:
Basílica Santa María del Capitolio; Colonia, Alemania
La torre inclinada de Pisa; Pisa, Italia
Abadía de Vézelay; Vézelay, Francia
Gótico (aproximadamente del año 1140 al 1520)
La religión también estuvo omnipresente en el floreciente estilo arquitectónico gótico, que se desarrolló al final de la Edad Media. Se plasmaba con arcos apuntados, los chapiteles (remate de los campanarios o torres) y los tallados religiosos.
Puedes encontrarlo aquí:
Catedral de Reims; Reims, Francia
Abadía de Westminster, Londres, Reino Unido
Catedral de Burgos; Burgos, España
Renacimiento (aproximadamente del año 1425 al 1600)
Literalmente significa «volver a nacer», el Renacimiento supuso una vuelta a los valores de la cultura clásica. Se inició en Italia y después se extendió por toda Europa.
El diseño renacentista se caracteriza por la simetría, las cúpulas clásicas y los arcos de medio punto, que sustituyeron a los chapiteles góticos y a los arcos apuntados característicos de la oscura Edad Media.
Puedes encontrarlo aquí:
El Escorial; San Lorenzo de El Escorial, España
La Bolsa; Copenhague, Dinamarca
Monasterio de los Jerónimos; Lisboa, Portugal
Barroco (aproximadamente del año 1600 al 1800)
Ostentación y derroche son las dos características que definen el estilo barroco. Se recurre a formas expresivas y un tanto escultóricas que se centran en intensificar la decoración.
Además se usó la iluminación, tanto interior como exterior, para crear un efecto más teatral, fomentando el juego de sombras que hacían destacar el diseño.
Puedes encontrarlo aquí:
Iglesia de san Carlos Borromeo; Viena, Austria
Catedral de Zacatecas; Zacatecas, México,
Castillo de Pommersfelden; Pommersfelden, Alemania
Rococó (aproximadamente del año 1720 al 1789)
El rococó es un recargado estilo decorativo francés que surge en contraposición a la estética barroca. Era más radical, y se distancia del arte barroco, inflexible y ostentoso. El rococó se caracteriza por el gusto por los colores suaves, las formas curvas, la asimetría y los diseños elaborados.
Puedes encontrarlo aquí:
Esterháza; Fertőd, Hungría
Residencia de Múnich; Múnich, Alemania
Palacio de Kinský; Praga, República Checa
Neoclásico (aproximadamente del año 1715 al 1820)
La opulencia y la ostentación no casaban bien con los arquitectos neoclásicos. En vez de esto, ellos preferían inspirarse en la cultura clásica, como sus colegas renacentistas. Es una vuelta a la simplicidad que se plasma en líneas limpias y elegantes, grandes edificios, enormes columnas y proporciones perfectas. No hace falta decir que lo que les verdad les ponía era la simetría.
Puedes encontrarlo aquí:
Museo del Prado; Madrid, España
Arco del Triunfo; París, Francia
Catedral de Vilna; Vilna, Lituania
Modernismo (aproximadamente del año 1885 al 1910)
¡Ay, la belle époque! Fue un periodo de optimismo, paz e innovaciones culturales como el modernismo.
Este estilo es conocido por su arquitectura decorativa y próspera y por su reivindicación artística. Fue un momento álgido donde se restauró el romanticismo que rodea al diseño en contraposición a la producción en masa de edificios simples y pragmáticos. El trabajado hierro forjado y las vidrieras son un ejemplo de creatividad, una forma de ir más allá de los estilos dominantes de la época.
Puedes encontrarlo aquí:
Calle Alberto; Riga, Letonia
Bedö Ház; Budapest, Hungría
Majolikahaus; Viena, Austria
Art déco (aproximadamente del año 1925 al 1940)
Puedes encontrarlo aquí:
Teatro Grand Rex; París, Francia
Edificio Altino Arantes; São Paulo, Brasil
South Beach; Miami, Florida, Estados Unidos
Para más información lee: Adéntrate en este estilo arquitectónico con nuestra guía
Movimiento moderno o estilo internacional (aproximadamente desde principios 1920 a finales de 1980)
Formas cilíndricas y cúbicas, techos planos, hormigón, acero, enormes ventanales y formas asimétricas… todas estas características pertenecen al movimiento moderno, considerado uno de los estilos más influyentes del siglo XX, al menos en lo que concierne a la funcionalidad y al uso de materiales.
Este estilo huye de la decoración y los ornamentos y fomenta la filosofía minimalista en la arquitectura haciendo del «menos es más» su lema. Si te fijas, lo encontrarás en todas partes.
Puedes encontrarlo aquí:
Congreso Nacional de Brasil; Brasilia, Brasil
Villa Dirickz; Bruselas, Bélgica
Casa de la cascada; Mill Run, Estados Unidos
Brutalismo (aproximadamente desde principios de 1950 a finales de 1970)
Alienante, pero atractivo… ¡bienvenido al brutalismo! Las características principales de este estilo son los enormes edificios de hormigón y el estilo geométrico y monolítico. La palabra «brutalismo» proviene de béton brut, que significa «hormigón crudo». Surgió para edificar proyectos gubernamentales, universidades, centros de ocio y centros comerciales. Este estilo recurre a materiales pesados, duros y con un aspecto inacabado, formas extrañas, pequeñas ventanas y líneas repetitivas.
Puedes encontrarlo aquí:
Complejo de edificios residenciales Barbican Estate; Londres, Reino Unido
Torre Genex, Belgrado, Serbia
Rascacielos Ponte City; Johannesburgo, Sudáfrica
Tardomodernismo o arquitectura high-tech (década de los 80)
¿Cuál es el resultado de integrar elementos de innovación tecnológica dentro del diseño de un edificio? Pues el tardomodernismo, también conocido como arquitectura high-tech.
Este estilo nace en respuesta al modernismo, considerado como un estilo monótono y estandarizado. Puedes identificar el estilo tardomodernismo si te fijas en el esqueleto del edificio: el uso del acero y del hormigón tanto en el interior como en el exterior de la estructura son la clave.
Puedes encontrarlo aquí:
Centro Pompidou; París, Francia
Ayuntamiento de Londres; Londres, Reino Unido
Internationales Congress Centrum (ICC); Berlín, Alemania
Arquitectura posmoderna (desde el año 1945 hasta el presente)
Muy decorativo y característico por el uso de formas orgánicas o eclécticas, el posmodernismo es otro estilo que surge para oponerse, lo habéis adivinado, al modernismo, y alejarse de los diseños rígidos y sin contexto cultural. El resultado es un diseño divertido que se plasma al usar muchos colores y formas simbólicas.
Puedes encontrarlo aquí:
Edificio The Gherkin; Londres, Reino Unido
La casa danzante; Praga, República Checa
Messeturm; Fráncfort, Alemania
Neofuturismo (desde la década de los 60 hasta el presente)
Cuando hablamos de diseñar edificios, puede que te preguntes dónde encaja la sostenibilidad en todo eso, especialmente ahora que las ciudades crecen tan rápido y nuestra preocupación medioambiental aumenta. Pues bien, el neofuturismo es la respuesta a tu pregunta.
El neofuturismo es una visión idealista del futuro, con una estética encantadora donde también se prima la funcionalidad. Se usan nuevos materiales que ayudan a introducir nuevos conceptos en la realidad, mientras que se buscan soluciones ecosostenibles que respondan a los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos hoy en día.
El neofuturismo tiende puentes entre el diseño pernicioso y las soluciones conscientes y ayuda a plasmar mejor las preocupaciones del hombre en la sociedad.
Puedes encontrarlo aquí:
Centro Heydar Aliyev; Bakú, Azerbaiyán
El Burj Khalifa; Dubái, Emiratos Árabes Unidos
Edificio Pierres Vives; Montpellier, Francia
Deconstructivismo (desde el año 1982 hasta el presente)
Poco ortodoxo, caótico y fragmentado… el deconstructivismo reniega de la decoración, altera la apariencia estructural y apuesta por un diseño que no sigue ninguna lógica. Se centra en la forma abstracta del edificio y no le presta mucha atención a cómo esa construcción puede complementar el entorno que la rodea.
En el deconstructivismo se apuesta por la irregularidad y la asimetría. El resultado: unos edificios imprevisibles e impactantes.
Puedes encontrarlo aquí:
Museo Guggenheim; Bilbao, España
Museo Real de Ontario, Toronto, Canadá
Museo Judío de Berlín; Berlín, Alemania
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